Recogerles del colegio, el mejor momento

Muchas de las personas que me conocen  me habrán oído decir: “tengo un trabajo, un marido, 4 hijos, dos padres mayores…”. En este contexto, no hubiera sobrevivido sin las medidas de conciliación que ofrece Red Eléctrica.

Aunque no se trata de teorizar sobre las medidas de conciliación, no puedo dejar de dedicar un párrafo a poner de manifiesto la evolución que yo he vivido en este sentido, en parte por los cambios en las leyes que aplican a todos los trabajadores y en parte por el impulso que Red Eléctrica ha dado con las medidas de conciliación adoptadas. Cuando nacieron mis tres hijos  mayores, la reducción de jornada por cuidado de hijos menores de 9 años era de un mínimo del 33% como única medida de conciliación. Años después existía la posibilidad de jornada continuada con reducción muy pequeña con hijos menores de 12 años.

Tal vez conocer ese pasado, complicado para las familias, me hace valorar mucho más las medidas actuales. Quienes no han conocido los antecedentes tal vez no las pueden valorar suficientemente.

Siempre me ha gustado mi trabajo, he tenido suerte con las tareas que me han tocado, las personas que me han rodeado, etc. y nunca he querido renunciar a ello. Por otra parte, mi familia es lo más importante. Si falto en mi trabajo segurísimo que, al día siguiente, otra persona me suple, pero sacar adelante mi familia, educar a mis hijos como creo, sólo los podemos hacer nosotros, sus padres. Y es algo que no se puede posponer a cuando haya menos trabajo…

Lo difícil es llegar a ambas cosas (trabajo y familia) y no morir en el intento. Creo que el mundo lo debemos cambiar nosotros mismos, demostrando que es compatible ser una buena profesional con tener una familia, en mi caso, algo más numerosa de la media.

Reducción de jornada

En mi caso, cuando Red Eléctrica aprobó una reducción de jornada del 15%, yo me acogí a la misma. Mi cuarto hijo tenía un año y decidí acogerme. No tanto por el pequeño sino por los mayores. En ese momento la ruta de vuelta del colegio a casa de los tres mayores me suponía casi tanto como la reducción de jornada. Este cambio del 33% al 15% si me permitía acogerme a la reducción, tanto económicamente como profesionalmente. 

Empecé a recoger a los niños en el colegio. Descubrí que es su mejor momento, cuando te cuentan todo lo que les había pasado en el día. Se peleaban para hablar en el coche. Además me sirvió para “encauzar” a la mayor en el hábito de estudio. Era el momento en que empezaba a tener deberes y fue un éxito. 

Otra frase que me conocen mis amigos es: “a tu bebé le necesitas tú pero si tiene a otra persona en tu lugar que le cuide bien no le va a pasar nada. Tú les añoras pero él a ti no tanto. Cuando crecen, sí es mucho más importante que estén sus padres, ahí los padres son insustituibles”.

En ese momento surgió una oportunidad laboral, un cambio de departamento a uno de nueva creación, una tarea apetecible y en la que, por mi perfil, podía encajar. ¿Sería compatible con mi reducción de jornada? Decidí intentarlo y pedir la plaza indicando que quería mantener mi reducción y no hubo inconvenientes. Cambié de departamento y mantuve mi reducción. Nadie me descartó por ser “la de la reducción de jornada”. Trabajamos mucho y seguramente dediqué muchas más horas de las previstas, pero aproveché también la posibilidad de pactar un horario semanal en que algunos días salía más temprano y otros alargaba la tarde.

La mantuve hasta el límite de edad de 9 años, uno más de lo obligado por Ley, otra medida de conciliación en la empresa. Ahora, después de varios años sin reducción de jornada, el horario actual es muy flexible. A mí me permite retrasar la entrada al llevar niños al colegio y en ocasiones recogerles y otros día alargar la jornada. 

He oído multitud de historias de amigas que se han acogido a la reducción de jornada y les han hecho la vida imposible, apartándolas y dejándoles sin trabajo, como si ya no sirvieran para nada. Mi experiencia en Red Eléctrica no ha sido así. No hay duda de que las personas con las que me ha tocado trabajar son también las que lo han hecho posible.

Enfermedad

La enfermedad de un familiar es otra de las situaciones en que se pone de manifiesto si hay medidas que ayuden o no. En mi caso, fue un periodo bastante prolongado de hospitalización de mi madre, con dos operaciones importantes de por medio y teniendo que atender a mi padre, también mayor. La medida de conciliación que permite tres días de permiso y que dichos días se pueden repartir ayudó muchísimo al igual que la flexibilidad en el horario.

El hecho de que la empresa dé facilidades en situaciones complicadas a mí personalmente me lleva a ser también flexible cuando es la empresa la que necesita que yo haga un esfuerzo.  Todos ganamos. 

Para terminar, valoro enormemente el servicio médico como medida de conciliación tanto para la empresa como para el trabajador, ya que nos facilita determinados servicios y nos evita desplazamientos a otros centros de salud

Begoña de la Puente. REE

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