Flexibilidad

Mi experiencia de conciliación de la vida laboral y familiar está contada desde el lado del marido, del padre.

En esta narración voy a tratar de contar cómo influye el hecho de disponer de medidas de conciliación en dos situaciones vitales muy distintas entre sí:

  • La PRIMERA es una SITUACIÓN en la que nos encontramos muchas personas “una madre y un padre, que ambos trabajamos fuera de casa, con hijos y ganas de disfrutar de ellos”.
  • La SEGUNDA es una SITUACIÓN por la que es mejor no pasar pero esto no se elige “un padre y una madre cuando uno de nuestros hijos contrae una enfermedad grave y prolongada en el tiempo”.

En la PRIMERA de las SITUACIONES, hay varios objetivos a alcanzar:

El reparto equitativo de las obligaciones: es bueno que ambos (madre y padre) tengamos la posibilidad de llevar a nuestros hijos al colegio, unos días los llevará mi mujer y otros yo. Para ello es fundamental disponer de un horario flexible para entrar a trabajar. El día que no me toca llevarles al colegio, me pierdo el desayunar con ellos y sus siempre divertidas e ingeniosas preguntas de camino al colegio pero a cambio podré entrar pronto a trabajar y aprovechar ese día para adelantar trabajo o sacar trabajo atrasado. Incluso tenemos la suerte de poder comer juntos los viernes e ir a por nuestros hijos al colegio, para ello ayuda mucho el hecho de poder disponer de un comedor subvencionado en la empresa con un menú saludable que poder llevar a casa y así no tener que cocinar y ganar tiempo para llegar en hora a por los niños al colegio.

Ayudar a los hijos con las tareas y los deberes del colegio: si consigo llegar a casa cuando ya han vuelto del colegio, han merendado y justo a tiempo para responder sus dudas y preguntarles la lección yo doy este segundo objetivo por cumplido. Para ello, cuando los niños son más pequeños, quizás sea necesario hacer uso de la reducción de jornada por cuidado de menores y es importante poder trabajar más horas unos días y menos horas otros. Cumpliendo siempre un mínimo de horas (horario de coincidencia) para no ralentizar proyectos con equipos multidisciplinares en los que colabora una persona de cada especialidad y la ausencia de esta puede afectar al buen desarrollo del trabajo.

No perderse esos momentos especiales que no se repetirán: me refiero, por ejemplo, a la graduación de primaria, la actuación de baile moderno, la entrega de algún diploma… No sabría decir a quién nos hace más ilusión este tipo de eventos, a los padres, a los abuelos o a los propios niños. Para compatibilizar la asistencia a estos actos con el trabajo me es de gran ayuda la bolsa de horas para conciliación: acumulo horas cuando me quedo más tiempo para terminar algún trabajo y hago uso de esas horas para asistir a las entregas o ceremonias que se celebren dentro del horario laboral.

En la SEGUNDA SITUACIÓN nos vimos inmersos de repente. Nos confirmaron el diagnóstico de la enfermedad y todo cambió, las prioridades, el tiempo disponible, nuestra rutina…

Lo último que quería, en esa situación, era tener además problemas en el trabajo, por los días de ingreso, por asistir a las citas médicas, por faltar al trabajo cuando le hacían pruebas o intervenían a nuestro hijo. Para todo ello son de gran ayuda el Real Decreto 1148/2011 que permite a uno de los padres reducirse la jornada laboral hasta en un 99% recibiendo una prestación económica por “Cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave” y las medidas de conciliación basadas en permisos para acompañamiento al médico de familiar en primer grado, la concesión de días por ingreso hospitalario pudiendo disfrutar de dichos días con flexibilidad entre el día de alta y el de baja.

Dado que estas situaciones se suelen prolongar bastante en el tiempo rebasé el número de horas asignado inicialmente para estas dos medidas de conciliación. Eso no supuso ningún problema, al contrario; esta situación, y contando con el apoyo incondicional de mi responsable, me dio la oportunidad de plantear alternativas al interlocutor de conciliación (figura que dentro del modelo de gestión de la conciliación implantado en Red Eléctrica pretende dar soluciones a situaciones especiales) el cual buscó soluciones que dieron respuesta sobrada a mis necesidades, duplicando, en un caso, el número de horas que ponían a mi disposición y no poniendo límite, en el otro caso, a la cantidad de veces que podía solicitar la aplicación de la medida de conciliación.

Aunque parezca mentira, cuando estábamos inmerso en el tratamiento de larga duración, las vacaciones no las teníamos muy presentes, al acercarse el verano observé con alivio que podía repartir las vacaciones en varios períodos que encajamos en las pocas fechas que nos quedaron libres entre ingresos, tratamientos y períodos de recuperación de nuestro hijo.

Lo que yo concluyo de esta experiencia es que, en la relación trabajador-empresa, cuanta más FLEXIBILIDAD haya por ambas partes, mejor. La empresa será capaz de adaptarse a las distintas situaciones por las que puedan pasar sus empleados y estos serán capaces de atender a las necesidades del negocio sin dejar de disfrutar de su vida familiar.

Jorge Gómez-Salas. REE

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